- «Recibid el Espíritu Santo. A quienes perdonéis los pecados, les quedan
perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos».
- Tomás le contestó: «Señor mío y Dios mío». Dícele Jesús: «Porque me has
visto has creído. Dichosos los que no han visto y han creído».
Jn 20,19-31
1º Jesús les da la posibilidad de perdonar los pecados. Es decir, Jesús hasta ahora era el único que perdonaba los pecados, pero ahora desea que sus discípulos continúen con su misión. Una misión que llega hasta nuestros días a través del Sacramento de la Penitencia.
2º Vemos a Tomás como un fiel reflejo de la realidad humana. ¿Cuántas veces no hemos escuchado, "necesito verlo para creerlo"?. En verdad si necesitamos ver todas las cosas, entonces no creeríamos en la palabra de nadie. Pensaríamos que estamos rodeados de mentirosos y por tanto no confiaríamos en nadie. La confianza es fundamental para el ser humano, y como cristianos debemos cultivarla, aunque a lo largo de nuestra vida nos hayan engañado.
Siempre hay que dar una oportunidad y confiar. Confiar en el mañana, confiar en que las cosas irán mejor, confiar en que Dios no nos abandona, confiar en nuestros amigos, confiar en nuestra familia. Porque si no es así ¿qué sentido tendría la vida?.
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