- "Cuando tomó Jesús el vinagre, dijo: «Todo está cumplido». E inclinando la cabeza entregó el espíritu.".
Jn 18,1—19,42
- Tras su muerte, Jesús nos dejó lo mejor de Él mismo: María como madre, el perdón —también de sus verdugos— y la confianza total en Dios Padre.
La fe cristiana no es una relación con un Dios lejano que desconocemos, sino la adhesión a una Persona, verdadero hombre como nosotros y, a la vez, verdadero Dios. Él se ha hecho carne, y ha aceptado su muerte en la Cruz. Pero fue una muerte aceptada como rescate por todos, una muerte que nos da vida. Ante esto, nos sentimos agradecidos y admirados.
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